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Mucho se ha estudiado y se ha dicho sobre los patrones de comportamiento, los intereses restringidos y las actividades repetitivas de las personas con autismo y muchas veces se han asociado y se asocian, con respuestas desadaptativas a emociones negativas.
Hoy en día se puede afirmar en un gran número de casos y situaciones, que estas manifestaciones comportamentales suelen tener una función de disfrute, de placer e incluso también desestresante.
Una estrategia de la persona, para gestionar y enfrentar estímulos o situaciones negativas, para distraerse de una situación que la persona percibe como amenazante en su interacción con el medio.
Estos comportamientos repetitivos podrían reducir la ansiedad que generan las demandas sociales. Un mundo, que a nivel social y sensorial es una potencial fuente de estrés, que irrumpe con el bienestar de la persona.
Algo importante a destacar e intentar comprender en relación con la atención, es que los comportamientos repetitivos dificultan y entorpecen la posibilidad de atender a posible información o informaciones relevantes, que se produzcan en el entorno de la persona.